Sobre los Arcanos del Tarot

Carl G. Jung (1875 - 1961), nos ilustra sobre las imágenes arquetípicas que todos guardamos como un tesoro de sabiduría colectiva, en la profundidad de nuestro inconsciente.

El puente entre la conciencia y el inconsciente, imprescindible para nuestra salud, es vivido a través de la metáfora de un Viaje, donde un Héroe o un Loco, parten de un mundo conocido, para adentrarse en las aventuras de lo incierto.

En ese Viaje, éste personaje (que simboliza a cualquier persona: tu, yo, el, ella), se encuentra con las experiencias de la vida, situaciones y desafíos a resolver y con la ayuda de otros personajes míticos que le transmitirán el secreto de algunas claves fundamentales para recorrer el camino hacia su meta: conquistar su proceso de individuación.

Como resultado de su coraje y valentía, el Héroe se casará con la Princesa y heredará el Castillo del Rey, sucediéndolo.

Este Viaje simbólico, que se relata en todos los cuentos de hadas, tiene un profundo anclaje en la realidad cotidiana de cada ser humano que recorre su camino bio-psico-social, hacia su realización material y espiritual.

El Tarot, mediante sus imágenes arquetípicas, nos ofrece una guía para este Viaje. Para que podamos recorrer sus distintos territorios, que son los diversos aspectos de nuestra vida. Ellos forman parte de una totalidad, representada aquí por las 78 cartas con sus símbolos, que componen éste milenario libro/arte de sabiduría.

El Conocimiento Silencioso - La Sacerdotisa, Arcano II

Si bien la meditación tiene muchas formas y concepciones, según las diversas escuelas, es innegable que todas apuntan a aquietar la personalidad, las voces del ego, para poder percibir la presencia de la conciencia mayor de la que formamos parte. Esto en primer lugar. En segundo, y directamente conectado con ello, el objetivo de la meditación es encontrar la calma y la paz que surgen cuando logramos dejar de pensar en lo pasado y de proyectarnos hacia el futuro. Buscamos lograr, cosa difícil para una mente inquieta, vivir el presente, sin juicios ni identificaciones emocionales. Cuando logramos estar en calma y aquietar las voces del ego, podemos conectarnos con una fuente de sabiduría profunda, que no sabemos en general de donde viene, y a la que con mucha frecuencia, por falta de otro nombre, llamamos Intuición, Inspiración, Sexto Sentido.
Es probable que este conocimiento no lógico provenga de un saber colectivo, una suerte de registro de la sabiduría acumulada de la humanidad, que se manifiesta, por alguna misteriosa razón a través de nosotros, de cada persona.
No solemos negar este conocimiento ni tampoco detenernos mucho a analizarlo. Pues no es susceptible de análisis. En cuanto queremos cortarlo con el filoso cuchillo de la lógica, se desvanece como agua entre las manos. Es el conocimiento silencioso que el Arcano II - La Sacerdotisa nos viene a transmitir cuando estamos inmersos en un caos de ideas, proyectos, planes, movimientos, dispersiones.
La Sacerdotisa se para al lado nuestro, respira suave y rítmicamente, como contratando una vez más la vida en cada inspiración y agradeciéndola con cada exalación. Y con los ojos semicerrados, sin muchos ademanes, sólo con su vasta presencia, nos transmite esa calma y vuelta a casa (al hogar interno) que necesitamos cuando la vida mundana nos confunde y pretende hacernos olvidar que vinimos sí a crear, pero también a escuchar el sonido sutil de la creación. Nos recuerda que nada nos puede salir bien si no sabemos parar, dejar que las cosas sigan su curso, esperar el momento oportuno, dejar que la planta se desarrolle a su ritmo y tiempo, mientras sintonizamos con el contexto dentro del cual y para el que realizamos cualquier tarea.
Así que ¡calma muchachos! parece decirnos la Sacerdotisa, bajo los sensuales velos tras los que se esconde. Todo vendrá en su justo momento, cuando sepas ver, cuando sepas escuchar, cuando puedas estar alerta y atento. El trabajo ya lo hiciste. Ahora es tiempo de recogimiento.

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